Una mujer
Una mujer
Una mujer con cristales de mar
Viaja dentro de mí coloreando mi sangre
Quitando el carbón
Que ha tapado mi buen corazón
Que ha tapado mi buen corazón
Una mujer
Una mujer
Una mujer
Que no es celestial
Sobre un potro partió
Hacia todos los pueblos
Que habitan en mí
Y ha tenido un camino feliz
Y ha tenido un camino feliz
Pobre de mí
Pobre de ti
Pobre de todos los que amen así
Sobre un potro que vuela
Añorando barrancos
Tan cercanos que lucen mortajas
De blanco
Pobre de mí
Pobre de ti
Pobre montura que cuelga el amor
Sobre tantos desastres y canciones
Y mangos sobre tanta cansada emoción
Qué desgaste
Una mujer
Una mujer
Una mujer no esperada por mí
Cabalgando llegó
A clavar en mi tierra
Su nombre y canción
Y a soltar bajo fianza el amor
Y a soltar bajo fianza el amor
sábado, 31 de octubre de 2009
Más de unA vez...Silvio Rodríguez
Más de una vez me han echado a la calle
por reír donde debo estar llorando,
por llorar donde debo estar riendo,
por callar donde debo estar hablando,
por hablar donde debo estar callado,
por hablar en voz baja de la fe,
por hablar en voz alta del amor.
Más de una vez al año hago
algo que no se puede hacer:
pateo una piedra, levanto polvo
que da deseos de toser.
Me lleno entonces de optimismo,
algo solemne quiero hablar,
pero la piedra me cae encima
y nunca puedo terminar.
Más de una vez me han echado a la calle
por no sentir respeto por las flores,
por derramar comida en los manteles,
por darle de mi alcohol a algunos niños,
por desnudar deprisa a mis mujeres.
Más de una vez no tengo diversión:
más de una vez no tengo invitación.
Más de una vez al año hago
algo que no se puede hacer:
pateo una piedra, levanto polvo
que da deseos de toser.
Me lleno entonces de optimismo,
algo solemne quiero hablar,
pero la piedra me cae encima
y nunca puedo terminar.
Más de una vez me han echado a la calle
por correr donde duermen los enfermos,
por fumar en los palcos del teatro,
por hacerle una mueca a mi maestro,
por llevar la cicuta en el bolsillo
desde que iba al colegio con un perro,
desde que me rompían la cabeza
por hablar demasiado del horror
y decirle asesino a un pescador.
Más de una vez al año hago
algo que no se puede hacer:
pateo una piedra, levanto polvo
que da deseos de toser.
Me lleno entonces de optimismo,
algo solemne quiero hablar,
pero la piedra me cae encima
y nunca puedo terminar.
por reír donde debo estar llorando,
por llorar donde debo estar riendo,
por callar donde debo estar hablando,
por hablar donde debo estar callado,
por hablar en voz baja de la fe,
por hablar en voz alta del amor.
Más de una vez al año hago
algo que no se puede hacer:
pateo una piedra, levanto polvo
que da deseos de toser.
Me lleno entonces de optimismo,
algo solemne quiero hablar,
pero la piedra me cae encima
y nunca puedo terminar.
Más de una vez me han echado a la calle
por no sentir respeto por las flores,
por derramar comida en los manteles,
por darle de mi alcohol a algunos niños,
por desnudar deprisa a mis mujeres.
Más de una vez no tengo diversión:
más de una vez no tengo invitación.
Más de una vez al año hago
algo que no se puede hacer:
pateo una piedra, levanto polvo
que da deseos de toser.
Me lleno entonces de optimismo,
algo solemne quiero hablar,
pero la piedra me cae encima
y nunca puedo terminar.
Más de una vez me han echado a la calle
por correr donde duermen los enfermos,
por fumar en los palcos del teatro,
por hacerle una mueca a mi maestro,
por llevar la cicuta en el bolsillo
desde que iba al colegio con un perro,
desde que me rompían la cabeza
por hablar demasiado del horror
y decirle asesino a un pescador.
Más de una vez al año hago
algo que no se puede hacer:
pateo una piedra, levanto polvo
que da deseos de toser.
Me lleno entonces de optimismo,
algo solemne quiero hablar,
pero la piedra me cae encima
y nunca puedo terminar.
Cuántas veces al díA...Silvio Rodríguez
¿Qué silencio es culpable de la muerte de un hombre?
¿Qué silencio en nosotros ha colgado inocentes?
¿Qué silencio maldito ha cegado algún nombre?
¿Cuántas veces al día merecemos la muerte?
No busquen más alrededor.
Ustedes son, no busquen más.
No es el de atrás, ustedes son.
No es el de al lado, no,
eres tú mismo, sí,
el que sonríe bien, el que sabe callar.
¿Cuántas veces al día merecemos la muerte?
¿Qué silencio aprendido nos preserva la vida?
¿Qué silencio oportuno nos convierte en prudentes?
¿Qué silencio asesino nos llena la barriga?
¿Cuántas veces al día merecemos la muerte?
¿Qué silencio en nosotros ha colgado inocentes?
¿Qué silencio maldito ha cegado algún nombre?
¿Cuántas veces al día merecemos la muerte?
No busquen más alrededor.
Ustedes son, no busquen más.
No es el de atrás, ustedes son.
No es el de al lado, no,
eres tú mismo, sí,
el que sonríe bien, el que sabe callar.
¿Cuántas veces al día merecemos la muerte?
¿Qué silencio aprendido nos preserva la vida?
¿Qué silencio oportuno nos convierte en prudentes?
¿Qué silencio asesino nos llena la barriga?
¿Cuántas veces al día merecemos la muerte?
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